Lidia

Lidia

 

03 de febrero de 2009

Daganzo de Arriba – Madrid – España

Hola a todos, me llamo Lidia y voy a cumplir 3 añitos, y hoy he decidido escribir mi historia a través de mi mamá. Espero que os guste y podáis conocerme mejor. También espero poder ayudar a otros niños y a sus papás…

Nací el 3 de febrero de 2009. Me costó salir y cuando por fin vi la luz, me acercaron a mi mamá para que me diera muchos besitos; rápidamente me llevaron al nido y me dio tiempo a ver a mis abuelas y a mi papá. Allí me quedé 10 días ingresada, porque no coordinaba bien la deglución y la respiración, me costaba tragar la leche y tenía mucho reflujo. Todos me miraban y decían: “tiene algo y no sé qué…”, así que me hicieron muchísimas pruebas, pero todo estaba bien. Los médicos me decían que tenía ciertos rasgos, pero mis papis pensaban (y piensan) que soy la más bonita del mundo, así que al final, me marché para mi casita y por fin conocí a toda mi familia, mis abuelos, mis tíos y mis primos. Con mis primas me lo paso genial, juego mucho con ellas y las quiero un montón.

El primer año fue un poco malo, me costipaba muchísimo, siempre con otitis, conjuntivitis, laringitis, porque tengo la laringe inmadura y a veces me cuesta respirar cuando duermo; tenía apneas, me atragantaba mucho y tenía mucha facilidad para vomitar, pero con medicinas y los cariñitos de todos, me curaba en seguida. Visité muchos sitios donde me hacían ejercicios para que aprendiera a gatear y más tarde a caminar, aunque no me gustaba ir a la fisio… Ahora ya no voy, ahora me encanta ir a psicomotricidad y a estimulación, porque una profesora se pone conmigo a jugar y me lo paso genial. Me pide que haga cositas y poco a poco las hago yo sola. Comencé a gatear con un añito y después del verano, me llevó mi mamá a la Escuela Infantil, donde disfruto mucho con mis amigos y mis profesoras. Allí aprendí a andar. Una mañana mientras mi mamá dejaba el abrigo colgado, yo no podía aguantar más, quería ver a mis amigos y me marché, empujé la puerta y entré a saludar a todos. Ese día mi mamá no paró de gritar de alegría, llorar y abrazarme.  Luego, cuando llegué a casa, mi papá también se puso muy contento, y entonces sí que cambié, porque un mundo nuevo se abrió ante mí y podía andar de un lado a otro sin parar.

Entretanto, conocí un grupo de amigas y amigos que somos “muy parecidas/os”, Cada vez que mis padres quedan con el grupo, vienen muy contentos y se ríen mucho. En este grupo hay niñas más mayores que yo y otras de mi edad, y celebramos muchas cosas, jugamos juntas y lo pasamos muy bien.

Poco a poco, me voy atragantando menos con la comida, pero sigo teniendo mucha facilidad para vomitar, aunque voy mejorando. Me operaron de vegetaciones y me pusieron drenajes en los oídos, así que éste año de momento no he tenido otitis. Dice mi mamá que soy muy fuerte, porque no he caído malita desde que empecé la Escuela Infantil. Este es mi último año y el año que viene me tocará ir al cole de mayores.

Este verano, el día que nacieron mis primas pequeñas, me diagnosticaron Síndrome de Rubinstein Taybi. Mis papás al recibir la noticia se pusieron tristes, pero luego se les pasó. Yo seguí jugando. Estaba de vacaciones y lo que quería era bajar a la piscina a disfrutar. Yo no estoy malita, sólo voy un poco más despacio que los demás, me cuesta un poco más entender las cosas, hablar y decir lo que pienso y lo que siento, pero al final me hago entender, cuando sé lo que quiero. Tengo muchos amigos y juego con todos, también tengo amigos “especiales” porque mis papis me dicen que yo soy MUY ESPECIAL, y algunos son como yo.

Me gusta que mi papá toque la guitarra, siempre se lo pido y me canta canciones; la música me encanta. Me gustan mucho los dibujos, Bob Esponja, Dora, Pocoyo, pero lo que más me gusta es que me den abrazos y besos. También me gusta mucho estar con los abuelos, tengo primos mayores y unas primas pequeñitas, y a ellas como son bebés siempre que las veo les digo: “aaajooo”. Un día vi a mi tío decírselo y a mi ya no se me olvida. Tengo muy buena memoria y me acuerdo de muchas cosas. Aunque al principio me cueste aprenderlas, luego no se me olvidan.

Tengo que mejorar en subir las escaleras y bajarlas, tengo que aprender a saltar mejor sin agarrarme, pero me tiro yo solita del tobogán más alto, eso sí que me gusta!!

Yo soy muy feliz, cada día cuando me levanto lo primero que hago es reírme. Mi mamá me despierta dándome besitos por todo el cuerpo, me hace cosquillas y el día que no me hace cosquillas se las hago yo y así se ríe ella.

Con mis casi tres añitos, he hecho muchas cosas, he viajado en avión, he ido a la playa y a la montaña, soy muy sociable y me gusta mucho reír y que me achuchen, soy muy cariñosa y siempre necesito muchos besos de todos. Espero que los que me conozcan de nuevo tengan paciencia conmigo, porque soy muy “movida” y tengo muchos nervios. He aprendido a enfadarme y cuando hay algo que no me gusta, me tiro al suelo, pero dicen que es cosa de la edad. Mi madre dice que espera que se me pasen pronto las rabietas… aún así no me duran mucho, en cuanto me enseñan otra cosa se me pasa. Lo que peor llevo son los tiempos de espera, así que me enseñan a comportarme en la mesa y que no me pueda levantar cuando yo quiera o hasta que no terminemos de jugar, o de leer un cuento, porque me canso rápido y quiero hacer otras cosas.

Aprendo de una forma distinta a los otros niños, y necesito ayuda para aprender algunas cosas. No me gusta que la gente piense que estoy malita o que no puedo hacer algunas cosas. Puedo aprender, soy muy trabajadora, tengo profes, estimuladoras, logopedas y mi familia, sobre todo mis papás que son muy pesados y me ayudan a comprender muchas cosas y a enseñarme en cualquier momento.

Tengo un futuro sin límites y desconocido como el de todos. El presente lo vivo a tope cada día, sin miedo a nada, con ganas de pasarlo bien, así quiero que me veáis, transparente, como yo os veo a vosotros, con la inocencia de mis ojos. Si tenéis cualquier pregunta, mis padres estarán encantados en contestarla.

Mis padres luchan cada día porque tenga un futuro muy bueno, igual que el de cualquier niño… al final no somos tan diferentes ¿verdad?

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